En esta
versión libre el director y el elenco no temen burlarse de los recintos por los
que ellos mismos han pasado, y de autoridades oficiales o funcionarios con cargos
académicos y ministeriales de fácil reconocimiento.
“El
teatro es un arte peligroso”, afirma la semióloga teatral francesa Anne
Ubersfeld, y si se toma en cuenta lo afilado que puede ser una obra a la hora
de retratar y parodiar las máculas humanas, tal aseveración cobra total
sentido. Ese carácter corrosivo del teatro es más que evidente en la poética
del comediógrafo galo Molíere (1622-1673), quién en sus obras ridiculiza a la
sociedad de su época dejándola en evidencia con sus tramas, personajes y
planteamientos. En “Las mujeres sabias”,
le cae el palo a la universidad y a los pseudointelectuales, y ese interés por
atacar al academicismo petulante es el que ha inspirado al recién graduado
Magister Scientiarium Costa Palamides para llevar a escena este clásico del
teatro universal al frente del Grupo ArteÚ, colectivo fundado precisamente por ex-integrantes
del Teatro Universitario.
En
la pieza, el autor francés arremete de nuevo contra uno de los males que más le
inquietan: la hipocresía. Una historia de amor imposible involucrada en los
enredos de una graduación y una familia
nepotista de decanos y estudiantes, sirve como marco para esta sátira. Costa la
hace viajar cuatro siglos, en tiempo y espacio, y la coloca en la Caracas de la
actualidad. Las réplicas de las Nubes de Calder como elemento escenográfico es
una alusión directa a la principal casa de estudios del país. Así pues, en esta
versión libre el director y el elenco no temen burlarse de los recintos por los
que ellos mismos han pasado, y de autoridades oficiales o funcionarios con cargos
académicos y ministeriales de fácil reconocimiento. El público, como asistente más al acto de
grado participa de la farsa y recibe de primera mano la ampulosidad de la
propuesta desarrollada en un espacio vacío.
Para
Palamides el planteamiento de su propuesta puede tener lugar “peligrosamente
bajo o entre o al lado de los móviles de Alexander Calder, en el pasillo de
letras, en tierra de nadie, en una plaza cubierta del rectorado, en un aula
magna cualquiera o en un salón de té y tejemanejes de la casa de una rectora.
Lo terriblemente cómico es que bajo todo eso o entre todo eso, no existe
ni una pizca de cultura verdadera”.
A
la usanza de lo que solía ocurrir en el teatro de Molíere, todos los
personajes, incluyendo los femeninos, son interpretados por actores: Ludwig
Pineda, José Gregorio Martínez, Domingo Balducci, Oscar Salomón, Germán
Manrique, Carlos Maza), Jonell Páez y el propio Costa Palamides. Luego
de su primera temporada en el teatro César Rengifo, la obra se instala ahora en
el Trasnocho Cultural hasta el próximo 20 de abril, con funciones los sábados y
domingos a las 4 de la tarde.
Columna publicada el 08/04/2014 en el diario El Nuevo País
No hay comentarios:
Publicar un comentario