jueves, 13 de diciembre de 2012

Diablos Danzantes del Corpus Christi, Patrimonio

El mundo cultural está de júbilo con el reconocimiento, por parte de la UNESCO, de nuestros Diablos Danzantes del Corpus Christi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Si bien los más conocidos son los populares Diablos de Yare, has de saber desprevenido lector, que ésta expresión religiosa de profundo carácter teatral que en la actualidad suma unos cinco mil portadores, tiene otras diez cofradías más (que es su forma de organización) a lo largo y ancho del país, y cada una con características propias y diferenciadas, a saber, Diablos Danzantes de Naiguatá (Edo. Vargas); Diablos Danzantes de San Millán y Diablos Danzantes de Patanemo en el estado Carabobo; Diablos Danzantes de San Rafael de Orituco (Guárico), Diablos Danzantes de Tinaquillo (Cojedes); y los Diablos Danzantes de Cata, de Cuyagua, de Chuao, de Ocumare de la Costa y de Turiamo en el estado Aragua.
 
El origen de estos ritos se remonta a mediados del siglo XVII y está vinculado a las extensas haciendas de cacao, caña de azúcar y café de la época. A lo largo de su evolución se han afianzado rasgos evidentes de la interacción de las culturas indígena, europea y africana, por lo que hoy día podemos identificar en cada uno de los elementos que la componen atributos de tal sincretismo. Su organización en Cofradías es de orden estrictamente jerárquico siendo el Capataz, Capitán o Diablo Mayor la máxima autoridad, y están conformadas principalmente por varones; aunque en algunas las mujeres participan bien como danzantes, bien como colaboradoras en las fases de preparación. Para recrear el triunfo del Bien sobre el Mal, estos “promeseros” realizan bailes rituales que representan la rendición de los Diablos ante el Santísimo Sacramento. La utilización de máscaras alegóricas al Maligno, o a animales u otras representaciones; un vestuario generalmente multicolor –salvo en Yare que es rojo vivo, o en Tinaquillo donde la combinación rojo-negro prevalece-; accesorios como cascabeles, cencerros, lazos, campanas, pañuelos blancos, reliquias, crucifijos, y una maraca en la mano derecha (reminiscencia de rituales chamánicos) se integran en una expresión que mezcla lo profano y lo sagrado.
 
La teatralidad que sustenta todo el rito es innegable, maravillosa: improvisaciones, secuencias coreográficas en cruz, en círculos, o serpenteantes, ejecución musical en vivo, con instrumentos de cuerda y/o percusión (de franca influencia africana); hasta personajes como el Arriero, Perrero, o Diablo Suelto quién vigila a los danzantes; o la Sayona, mujer del Diablo y mamá de los niños promeseros o “diablitos”; y la personificación mismísima del Diablo, danzando en retroceso, sumiso y penitente. ¡Felicidades Diablos, nuestra cultura lo merece!
 
Columna publicada el 11/12/2012 en el diario El Nuevo País

martes, 4 de diciembre de 2012

"Las Dragas en La Funeraria"

En los años noventa había en el famoso “Callejón de la Puñalada” de Sabana Grande –lo sé porque me lo contaron,lo juro- un antro conocido como La Funeraria, de ambiente, luces, compañía, decadencia y atractivo únicos. En una amplitud de gusto impactante se podía acompañar un trago escuchando desde Diomedes Dìaz hasta Kenny G, y para más sazón era punto de encuentro para la comunidad travesti capitalina. Este lugar, en su momento, referencia del “underground” caraqueño revive con “Las Dragas en La Funeraria” pieza original de Bruno Mateo cuyo estreno se llevó a cabo el pasado viernes 30 de noviembre de la mano de La Pandilla Teatro en la sala La Comedia (ubicada en Parque Central).

En la ficción creada por Mateo, Doña Úrsula O´nezzia, dueña del lupanar, ha muerto dejando en la incertidumbre a sus empleadas. Entre lamentos, la más joven de ellas, Diosa Calipso, encuentra una carta en la que la Doña, como última voluntad, asienta que la que prepare y ejecute el mejor show de canto regirá los destinos del local. Se inicia así, entre las “chicas”, una férrea competencia y en esta búsqueda quedan al descubierto sus interioridades, sus padecimientos, sus historias no exentas de tragedia. Propone pues el texto, en una esperada mezcla de humor y drama, un adentramiento al lado más humano de estos personajes casi farsescos, de maneras y vestimentas exageradas. 

La puesta en escena, dirigida por César Rojas, se decidió por una estética cursi, abultando hasta el ridículo la imagen de las cuatro “Drag Queen” en una clara intención que apunta al divertimento. Tacones excesivos, escarcha a granel, estampados saturados, pelucas de colores, uñas interminables, dibujaron -por lo menos en lo exterior- a estos cuatro seres, “muecas de un sexo que ellos nunca serán”. Pero he aquí que el sentido ambivalente del texto se diluye en una propuesta recostada perezosamente en la “diversión” y que termina por convertir la pieza en una desaforada pasarela de travestis caricaturizados. Madame Valquiria, Bella Afrodita, Lady Selene y Diosa Calipso, no son aquí seres humanos que comparten belleza, tragedia y fortaleza, y terminan atentando en su representación con el propio “mosaico maravilloso de la condición humana y la diversidad” que autoproclama la obra en su programa de mano.

El escenario se erige en un espacio basto en el que no se sabe qué hacer, y sucumbe a movimientos escénicos inexplicables o vacíos; y en cuanto a la palabra no alcanza mayor resonancia que la risa burlesca. No es lo mismo “reírse contigo”, que reírse “de ti”. Interpretaciones dignas, respetuosas, claridad estética, conciencia del texto y de la teatralidad, ayudarán a la pieza a alejarse de una insulsez que no le merece. La temporada se extiende hasta el próximo 09 de diciembre ¡Aún hay tiempo!

Columna publicada el 04/12/2012 en el diario El Nuevo País

"Sangre"

El universo femenino, insondable y atractivo como es, resulta un campo fértil para explorar desde las infinitas posibilidades de la escena. En este delicado reto se enrumbó la gente de Metáfora Teatro con su espectáculo “Sangre”, representante del estado Miranda en la recién finalizada Muestra Nacional de Coproducciones de la CNT, y en la que fuimos invitados a formar parte del panel crítico (Valga el agradecimiento).

“Sangre” tiene su origen en un taller de dramaturgia que dio como resultado una propuesta que conjuga cinco historias sobre la mujer, escritas y actuadas por mujeres. Cada intérprete, en doble rol de dramaturga y actriz, expuso sobre el escenario su visión sobre alguna arista del complejo mundo femenino. Así, en “Miss Invisible” de Dayana Castillo, se constata la búsqueda inacabable y frustrada de la hermosura en el país de “las mujeres más bellas del universo”. Se reflexiona, con ánimos de ser mordiente, en la enfermiza obsesión por la figura, inoculada desde la niñez con el sueño recurrente de ser una de las elegidas de Osmel Sousa, consecuencias mortales de por medio. La interpretación resulta insustancial queriendo forzar el drama, sin entender que es desde el actor mismo que nace la verdad escénica. 

En “Amor Consanguíneo” (Nataly Aguilar), asistimos a una especie de Medea moderna que se inmola junto a sus hijos para protegerlos de una enfermedad mortal. Una defensa constante del amor maternal que deviene en demencia homicida. Tema harto interesante que pierde contundencia ante un abordaje estruendoso del personaje que de entrada vende su angustia a gritos en perjuicio de su evolución escénica. “Sentimiento solapado” de Solangel Morales se adentra en la mujer como objeto de consumo, y “La Dirección exacta” de Marlene Rodríguez presenta a la fémina emancipada que decide su propio rumbo; ambos textos resultan crípticos en desarrollo, planteamiento y resolución.

Desenfadada luce Lorena Aguilar en “No Princesa”, en la que con humor busca destruir el arquetipo de la mujer “rosa”, que tiene en Romeo o en el Príncipe Azul cifradas esperanzas. La mujer moderna, parece decirnos, retoma su individualidad y se reconoce en su justa dimensión, no dependiente más que de sí misma para realizarse.

En general, la puesta en escena, dirigida por Heli Uzcátegui no presentó mayor reto que mover a los personajes, en cada una de las piezas, de un extremo a otro del escenario, sin marcar diferencias, sin matices o planteamiento escénico y estético a decodificar. Urge la revisión y trabajo contínuo para el logro de la pieza. ¡Se aplaude el esfuerzo y el arrojo!

Columna publicada el 27/11/2012 en el diario El Nuevo País

XXI Festival del Movimiento, Mérida 2012

La plástica del cuerpo se despliega una vez más con acentuado empuje en el XXI Festival del Movimiento, evento que desde el 09 hasta ayer 19 de noviembre se realizó en la ciudad de Mérida, y que edición tras edición muestra el trabajo que las agrupaciones nacionales de danza, emergentes y consolidadas, desarrollan para el crecimiento de este arte escénico en nuestro país. 

Danzata, Danza Terpsis, Sobrepiedi, Ballet Nuevo Jazz, Fusión Dance, Tierra de mujeres, Mudanza, Temerí, Branza, Eric Urriola Briceño, Compañía UNEARTE, Caracas Roja Laboratorio, Espacio Alterno, Colectivo Camp, Bray Ballet, Carolina Avendaño, Valencia Danza Contemporánea, Puro Pie, Son Danzas, Nueva Danza, Rocco Mangieri, Haydee Pino, Solsticio, y Jóvenes Coreógrafos, fueron las agrupaciones que desplegaron tendones, músculo y efervescencia con propuestas disímiles y exploratorias que sobrevienen en expresión carente de palabras pero cargadas de una gestualidad que es un grito. 

El abanico fue tan extenso como la bienvenida del escenario: desde raíces ancestrales en propuestas como “Anakarinarote” (Mudanza), o “Candomble” (Colectivo Camp); hasta un homenaje al silencio en “De cómo nació un mimo” (Branza); pasando por “Mastranto” (Danzata) que fusiona danza clásica, contemporánea y urbana con el joropo llanero; o “X-noccio (Solsticio) convergencia de la música tradicional venezolana con el teatro físico; o el acercamiento a lo neoclásico en “Visión y Creación” (Orestes Ortegano) por citar solo algunos de los montajes participantes, y que dan cuenta del amplio espectro de búsqueda en los intérpretes y coreógrafos. 

Además de las funciones, que tuvieron como escenarios el Teatro César Rengifo, la Plaza Bolívar, el liceo Antonio N. Rángel, el Liceo Caracciolo Parra, el Centro Cultural Tulio Febres Cordero, así como una sub-sede en Tovar; la programación también contempló actividades paralelas como jornadas de reflexión, verbigracia, la ponencia “Los festivales de Danza en Venezuela”, con la participación de Belén Lobo de Izaguirre llevada a cabo el viernes 16; además de clases abiertas y muestras de video-arte con piezas audiovisuales de Venezuela, México, Alemania, Italia, Canadá, y Colombia. ¡Que se sigan abriendo telones!

Columna publicada el 20/11/2012 en el diario El Nuevo País  

Muestra Nacional de Co-Producciones 2012

¡Espacios, espacios, espacios! Ese es uno de los clamores de nuestro teatro. Espacios para la formación, espacios para la confrontación, espacios para la reflexión, espacios para la representación. Y si hablamos de la situación hacia el interior del país, el quejido puede ser aún más profundo. Por ello, iniciativas como la I Muestra Nacional de Coproducciones que desarrolla la Compañía Nacional de Teatro y que tiene lugar en Caracas desde el pasado 10 de noviembre hasta el próximo 25, merecen atención y un espaldarazo.

Esta especie de festival teatral, trae a la capital a agrupaciones de 21 estados que, bajo el marco del programa Teatro para todos los Venezolanos, en co-producción con la CNT, materializaron sus propuestas y ahora las confrontan con el público, además de intercambiar experiencias y, por qué no, discutir sobre la salud actual de nuestro arte escénico. El Teatro Municipal, Teatro Catia, Teatro Nacional, Teatro Principal, Teatro Alberto de Paz y Mateos, Teatro Cristo Rey (en la parroquia 23 de Enero), Sala Rajatabla, Casa del Artista, Plaza Diego Ibarra y Plaza Armando Reverón, son los espacios que conforman el circuito de la muestra, todos con entrada libre. 

Una oportunidad para evidenciar el constante empuje del movimiento teatral de la provincia y asomarnos a sus lenguajes, a sus inquietudes, a su visión propia del hecho escénico. Lo regional tiene sus propias realidades, se trataría pues de un teatro más cercano a sus comunidades, a sus linderos.

 Entre éstos, el pasado domingo en el Teatro Catia el Taller de Artes Infantiles Garabato Motita (edo. Aragua) subió a escena la propuesta “Después de la Batalla”, bajo la autoría y dirección general de Ángel Rafael Rondón En escena tres mujeres activistas históricas de las luchas independentistas, deambulan entre los despojos del conflicto, entre cuerpos inertes, como espectros, reflexionan, gritan sus angustias ante el horror de la guerra. 

Encomiable el esfuerzo de los jóvenes intérpretes (el elenco integra a actores “regulares” y actores con diversidad visual y auditiva) para asumir un texto que pretende plasmar dicha tragedia. Se haría necesario, a nivel de dirección, ajustar la dimensión dramática de la propuesta, limpiar movimientos escénicos y sustentar códigos para lograr la entera (y necesaria) comunicación con el espectador. En la puesta en escena, a medio camino entre performance y obra teatral, y que intercala proyecciones de video, resalta el cuidado en el vestuario y la iluminación.

Columna publicada el 13/11/2012 en el diario El Nuevo País

La Fábrica Audiovisual 2012

Guantes, orejeras, abrigos y botas forradas, ¡Listos! Aunque exagerado, la teatralidad del equipaje brinda como un inevitable y necesario contraste que justifique el apuro por salir del calor y el caos caraqueño, dejarlo atrás por unos días, y transportarse sin pensarlo siquiera –bueno, no a Los Pirineos, como pudiera pensar quién ve los aparejos preparados- sino a la apacible ciudad de los caballeros: Mérida.

Y es que desde el 12 al 16 próximos de realizará allí La Fábrica Audiovisual: IV Simposio Internacional de Estética y Cine, organizado, como desde sus inicios, por la Fundación para el Desarrollo de las Artes y la Cultura. El evento, de corte formativo, es junto con el Festival de Cine Venezolano de Mérida, de los más esperados , tanto por la comunidad estudiantil que hace vida en la Escuela de Medios de la ULA, como por cineastas, actores, productores, técnicos y demás involucrados en la creación cinematográfica en el país. 

Este año, el simposio estará dedicado al Diseño de la Producción enfocado en distintas especialidades de realización: Ficción, Documental, Animación, Televisión, y Publicidad; y entendido como el área de planificación y ejecución de los procesos de producción de un audiovisual y no en el acostumbrado enfoque anglosajón que asume como diseño de producción el espacio de la dirección de arte. Para cada una de las especialidades traerá destacados exponentes nacionales e internacionales quienes en clases magistrales compartirán conocimientos y experiencias durante una semana. 

Por la casa, se oíran nombres como Leonardo Padrón, Héctor Palma, Beto Benites, Martin Hahn, Alexandra Henao, César Bolívar, Mariela Maldonado (venezolana guionista del corto animado Pedro y el Lobo, ganador del Oscar en 2008). Diego Ramirez (Colombia) productor ejecutivo, Marcelo Pont (Argentina) diseñador de producción y director de arte en películas que han ganado el Oscar y el Goya; Robin Todd (Inglaterra), sonidista, músico y fotógrafo de cortometrajes animados destacan entre los invitados internacionales. 

La necesidad de espacios para la formación y actualización de conocimientos, sobre todo en el área de las artes, es una constante que encuentra en iniciativas puntuales, una respuesta que viene como sorbo de agua fresca en mitad de un desierto de ofertas. Nuestras artes exigen, cada día, profesionales mejor preparados, mejor formados, para enfrentar el empirismo que atenta contra su calidad.

Columna publicada el 06/11/2012 en el diario El Nuevo País

"Odisimbad"

Un versátil narrador, ahora árabe, ahora francés, ahora italiano, ahora español, ahora brasilero, y de otras tantas nacionalidades va ubicando con salpicado humor al espectador en las distintas etapas de un peculiar viaje ideado por la dramaturga griega Xenia Kalogeropulu (sí, tan difícil fue para mi escribirlo como para usted leerlo). Dos grandes títulos de la literatura universal: Odiseo, héroe del poema épico de Homero; y Simbad, famoso marino salido de “Las Mil y una Noches”; han sido fundidos en un mismo personaje “Odisimbad”, título de la primera pieza infantil que la gente de Arte U Teatro trae a escena y que hasta el próximo mes de noviembre se mantendrá en la cartelera del Teatro Trasnocho.

 La pieza, traducida a más de una veintena de idiomas y representada en más de treinta países ve escena en Venezuela de la mano de Costa Palamides que se funde también en varios roles: traductor de la pieza al español, director general, e interpreta al singular héroe híbrido que a lo largo de su viaje de regreso al terruño natal Itagdad (Ítaca – Bagdad), deberá sortear, cómo no, aventuras inimaginables que incluyen seres mitológicos (también híbridos) como el dragón cíclope Arquisalajar, los lotofagos, la Gorgona Primadonna o la Maga Circela entre otros.

La puesta en escena ubica en un extremo izquierdo del escenario al narrador rodeado de los instrumentos y pertrechos que servirán para sus camaleónicos cambios de identidad. En el centro un mástil mayor, que los actores mueven a conveniencia, ubica de inmediato sobre el barco y sus vaivenes. El resto es coser y cantar. Odisimbad, junto a su tripulación va encontrándose con nuevos lugares, personajes y situaciones que debe solventar, teniendo la inteligencia y la imaginación como armas inmejorables para sortear los obstáculos. 

Como toda obra infantil que se precie, la música es fundamental, y acá las notas originales del compositor Pantelis Palamidis, brinda adecuada y grata ambientación, paseándose por ritmos orientales y mediterráneos, letras narrativas y melodías gratamente asumidas por los chamos (y adultos). El elenco conformado por Nirma Prieto, Nakary Bazán, Dayana Caro, Carlos Maza, Germán Manrique, y Jonell Páez responde convincentemente. Una de las intenciones de la pieza, según su director, es abrir el abanico d nuevas culturas al espectador, chico y grande, y en este cometido tiene éxito presentando de forma digerible la riqueza de los mitos árabes y griegos. Valores como la solidaridad y la ecología completan el trasfondo. ¡A navegar pues en esta nueva temporada!

Columna publicada el 30/10/2012 en el diario El Nuevo País

martes, 17 de julio de 2012

“Sintonía o hay un extraño en casa”


Trin es un personaje de  características angelicales que es enviado a la tierra a cumplir una misión. Su aterrizaje  en el edificio de una ciudad que puede ser cualquiera, lo lleva al encuentro con unos residentes que viven obnubilados por el embrujo de esa cajita pasmosa, tan ambivalente, que el novelista Eduardo Liendo presentara como el “mago de la cara de vidrio”. Sucumben por voluntad propia a esa prisión con barrotes en tecnicolor, aislados unos de otros, inmersos en un mundo creado para ilusionar, encerrados en 14, 19 o 21 pulgadas. Trin, busca cambiar con creatividad el aislamiento y en el interín, los personajes televisivos saltan a la vida, a encontrarse en carne y hueso con sus televidentes.  Esta pieza “Sintonía o hay un extraño en casa” (1991), una comedia musical para niños original de Elio Palencia, que viene a plantear la problemática de la incomunicación y la influencia negativa de la televisión, los video juegos y el uso irracional de la tecnología, es la nueva propuesta de Mango Producciones, emergente agrupación que busca abrirse paso en el competido plano teatral venezolano. 

Bajo la dirección de Jennifer Flores, apuestan en esta oportunidad por el teatro infantil, con una puesta en escena que lleva en su planteamiento todos los aditamentos requeridos para una producción dirigida a los chicos: buen humor, música pegajosa, coreografías sencillas, un “vilano” jocoso, vestuario colorido y una escenografía bien atendida.

Pedro Miguel Alcocer, Frank Silva, Amanda Key, Juan Carlos Lira, Richard González, Alejandra Mancilla, Iliana Hernández, Jackson Martínez, Carlos Bello e Hiram Aguilera, conforman el elenco que da vida a unos personajes alejados del estereotipo interpretativo en el teatro infantil muy dado a la gomaespuma y la ampulosidad. Las formas están, queda ahora de parte de los comediantes explotar a fondo el disfrute en la interpretación. 

Aunque la pieza fue escrita hace más de veinte años, se reinventa y se hace cercana, y sobretodo dando por buena la capacidad del público infantil de entender un mensaje claro cuando es transmitido sin encubrimientos.  La dirección luce sólida, ajustada al propósito de comunicar y entretener. Se agradece además el cuidado en todos los detalles estéticos, tanto el vestuario como la escenografía y demás elementos lucen impecables en acabado y diseño, lo que da cuenta del esfuerzo de la producción, a veces tan dejada de lado. Teatro para niños concebida con la seriedad de una pieza para adultos.

Luego de una breve temporada en el Teatro Nacional que culminará el próximo fin de semana (funciones a las 03:00 pm) irán al recién reformado Teatro Catia. ¡Por acá seguiremos en sintonía con lo que pase en las tablas! 

Columna publicada el 29/05/2012 en el diario El Nuevo País

"Circo Acrobático de Kunming"


Como parte de su primera gira latinoamericana, el Circo Acrobático de Kunming vuela por unos días en nuestro país, con un periplo que lo llevará por varias ciudades. Desde inicios de mayo están instalados en Caracas, al lado del C.C. San Ignacio, para luego visitar Maturín y Puerto Ordaz.

Esta agrupación es una de las escuelas de arte circense más importantes de la legendaria China, país con una historia impecable en el origen, desarrollo y evolución de este género escénico. Hace más de tres mil años, las actividades físicas propias de los números actuales de circo – contorsionismo, malabares, acrobacias- estaban relacionadas con el entrenamiento de guerreros, rituales religiosos y días festivos. China, Mongolia, India, en el oriente; Egipto, Grecia, Roma, en occidente, conforman las principales civilizaciones precursoras de este arte.

“Sueños de una niña”  es el espectáculo que este circo llevará por toda Latinoamérica, y presenta la historia de una pequeña que sueña con llegar a ser una artista de circo.  Catorce números conforman la puesta en escena ejecutada por casi treinta jóvenes de entre 09 y 26 años que despliegan en escena una inmaculada técnica junto a una incuestionable disciplina. Las recordadas, por impresionantes,  ceremonias de inauguración y cierre de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 contaron con la participación de esta agrupación. Una muestra del altísimo nivel que ofrecen sus espectáculos. Nivel que se logra desde muy temprana edad, como parte de un importante régimen de educación física impartido en la escuela.Una iluminación moderna, una música que mezcla acordes del folcklore chino con ritmos pop y electrónicos, a veces potente y a veces bucólica como acompañamiento exacto a lo que sucede en escena;  y un vestuario renovado y vistoso dan el toque contemporáneo a la propuesta, que integra tradición milenaria con nuevas técnicas.

Valores como la amistad, la entrega, el sacrificio y la pasión por alcanzar los sueños buscan ser reflejados en los números de diábolos, telas y aros aéreos, equilibrio corporal, torres humanas, elasticidad, saltos mortales, piruetas imposibles, acrobacias que causan perplejidad, no sólo por lo complejo que se le puede antojar a la vista, sino por la facilidad con la que son ejecutadas. Y sin malla de seguridad, ni arnés, a lo sumo unas colchonetas para amortiguar la caída en unos de los números. ¡Da hasta rabia! 

Columna publicada el  22/05/2012 en el diario El Nuevo País

“Las amargas lágrimas de Petra Von Kant”


¿Somos amados por lo que somos o por lo que ofrecemos? ¿Amamos o poseemos? Este drama interno, común, silencioso se repite en cada uno de los que vociferan su caída ante las tormentas del sentimiento. Como Petra, Petra Von Kant, una exitosa diseñadora de modas que tiene todo lo que materialmente podría desear. En su lujoso apartamento vive sola, divorciada, bueno, sola no, con Marlene, su asistente, aunque más cercana a una esclava, que durante toda la vida le ha servido, en silencio, literalmente, con un mutismo impuesto, masoquista. Un día la buena amiga Sidoney le presenta a Karin, aspirante a modelo. Y Petra sin proponérselo se enamora. Entre las dos se florece un romance tórrido, indetenible. Petra lleva a Karin de su origen humilde a las mieles de una supermodelo. Hasta que Karin regresa con su esposo, abandonando a Petra y a ésta  se le derrumba su castillo de naipes y llora. Llora “Las amargas lágrimas de Petra Von Kant” obra del alemán Rainer  W. Fassbinder, que el Teatro del Contrajuego, bajo la dirección de Orlando Arocha llevó a temporada en la Sala 2 del CELARG hasta el pasado domingo 13. 

Esta pieza es un drama oscuro, de tintes autobiográficos (se dice que el propio autor sería Petra y Karin representa al actor Gunther Kauffman de quién Fassbinder se enamoró, pero nunca logró que dejara a su mujer por él) que  descubre el juego de dominación, servilismo y dependencia en las relaciones humanas. Petra usa su posición para imantar afectos, pero la trampa es que sufre ante la incertidumbre de no saber si se le quiere por ella misma o por lo que da en exceso. Un estrecho vínculo entre las relaciones humanas y el ejercicio del poder a través de la manipulación.

 La puesta en escena de Arocha impuso sus códigos con claridad: todos los personajes, originalmente femeninos, son interpretados por hombres, actores trasvestidos,  a excepción de la silente Marlene (interpretada conmovedoramente por Diana Peñalver, pero vestida de hombre) dejando ver que la desilusión, la traición, los sentimientos, son humanos, no responden a sexos. El tono de tragicomedia impuesto se devela intermitentemente en la pieza yendo de lo sublime a lo grotesco, de lo conmovedor a la farsa en una dinámica constante. La escenografía: una pasarela elevada, que deja al descubierto lo que hay debajo del glamour: tuberías de aguas negras, basura, vacío. Simbolismos permanentes.

Ricardo Nortier (Petra), Julio Bouley (Karin), Javier Figuera (Sidoney), Djibril Jassir (La madre de Petra) y Alejandro Dìaz (Gabi, hija de Petra) ofrecen una actuación convincente y entretenida de estas seis mujeres entre las que se teje una trama desconsoladora, brutal y orgánica. ¡El amor no es tan puro, después de todo!

Columna publicada el 15/05/2012 en el diario El Nuevo País

jueves, 28 de junio de 2012

Un adiós a Lourdes Valera


El telón nuevamente se ha cerrado en un luto doloroso, la cámara se ha apagado,  y al igual  que todos los que la conocimos –mucho o poco-  y admiramos profundamente; se dejan arropar por un silencio respetuoso que se extiende al estudio de grabación, al set de filmación, al escenario. El pasado miércoles  sucumbió víctima de un cáncer de pulmón, contra el que luchó con toda entereza, la actriz Lourdes Valera (1963-2012), a quién dedicamos estas líneas.

Egresada en Comunicación Social de la UCV, inició su carrera artística en el teatro infantil con la Compañía de Lily Álvarez Sierra a los once años. A los dieciséis entraría a trabajar en Radio Caracas en el programa “El niño de papel” de Carlos Villagrán (el conocido Kico de El Chavo), luego pasaría a  “Radio Rochela”, programa ícono de nuestra televisión, y allí se consolidaría como una gran comediante, sin abandonar nunca su accionar en las tablas de las que decía eran su pasión mayor pues sólo en el teatro podía establecer relación con el público, percibirlo, recibirlo,  y retroalimentarse de su energía.

Su consagración en la telenovela le llegó con su participación en  “Leonela” y a partir de allí se afianzó también en el género dramático, demostrando ser una artista integral y versátil. La Vida Entera, Ciudad Bendita, Cosita Rica, Guerra de Mujeres, Amantes de Luna Llena, El País de Las Mujeres, Contra Viento y Marea, Cruz de Nadie, Las Dos Dianas, Señora, Cristal, Topacio; se cuentan entre las muchas producciones -que son hoy clásicos de la televisión- en las que demostró su talento. En el cine: Patas Arriba (recientemente en cartelera), Taita Boves, El Enemigo, 13 Segundos, Rosa de Francia, Desnudo con Naranjas. En todas conmovió, divirtió, profundizó.

La última vez que tuvimos ocasión de verla en las tablas fue en “A 2,50 la cuba libre” reseñada en este espacio, y en esa oportunidad describíamos su actuación en la pieza de Ibrahim Guerra como “soberbia y conmovedora”. En obras recientes como “Confesiones de mujeres de 30”, “Locas, trasnochadas y melancólicas”, también desplegó su enorme entrega al oficio, el cual ejercía con inamovible disciplina, responsabilidad y puntualidad.  En 1993 se casó con el cineasta Luis Alberto Lamata, “el príncipe con el que soñaba, pero que no llegó a caballo, sino con una cámara de cine encima” y con el que compartió casi dos décadas de vida y profesión.Cada vez que me monto en el escenario, siento que estoy jugando y es rico que me dejen jugar a esta edad”, decía.  ¡Aplausos, aplausos eternos para la eterna Lulú!

Columna publicada el 08/05/2012 en el diario El Nuevo País

"Día Internacional de la Danza 2012"


El pasado domingo 29 se  celebró el Día Internacional de la Danza, instaurado en 1982 por la UNESCO  en conmemoración del natalicio del coreógrafo francés Jean Georges Noverre, nacido el 29 de abril de 1727, quién fue el más grande coreógrafo de su época, y a quien se le considera  el creador del ballet moderno o neoclásico. En pleno auge de la Ópera de París en el siglo XVIII, Noverre desafió las formas establecidas en el ballet caracterizadas por el hieratismo. En contraposición  abogó por la naturalidad del intérprete, por una danza más viva y expresiva que técnica y virtuosa. Para el también bailarín y profesor de ballet, el arte dancístico debía tener una progresión dramática, al estilo del teatro, por lo tanto tendría que tener  la secuencia  “exposición – nudo - desenlace”, es decir, una narración secuencial. Hablaba Noverre, contemporáneo con el gran actor inglés David Garrick, que el espectador al presenciar el espectáculo de danza tendría que ser conmovido tal y como lograba hacerlo el afamado actor trágico a través de su gestualidad y la expresividad de sus formas. Y más aún, Noverre planteaba que el bailarín debía ser una persona culta, instruida en poesía, pintura, música e incluso anatomía, al fin y al cabo, el bailarín trabaja con su propio cuerpo. Con Noverre se inicia el llamado ballet romàntico

Alrededor del mundo, agrupaciones oficiales e independientes celebran el Día Internacional de la Danza ofreciendo espectáculos dancísticos  y realizando actividades abiertas como clases, conferencias, talleres. En nuestro país se programaron una serie de espectáculos conmemorativos. En la Casa del Artista, por ejemplo, la Fundación Compañía Nacional de Danza llevó a escena, con entrada libre,   piezas de su repertorio contemporáneo y tradicional, y compartió tablas con agrupaciones independientes como Tránsito Danza Integrativa, colectivo conformado por bailarines con discapacidad motora;  y Fundación Cultural Contraseña dedicada a la creación e investigación sobre las danzas tradicionales venezolanas.

“Sin Título” de Claudia Molinet, “ Cara o Cruz” de Jorge Abril, ambos coreógrafos cubanos;  “Fragmento de Zona Desconocida” de la venezolana Luz Urdaneta  y “Esta Vez” del también criollo Gustavo Gámez, además de “Hilando Fino” por el lado contemporáneo,  y manifestaciones populares como La Hamaca del edo. Carabobo,  La Jinka del edo. Guárico, el Joropo central y el Joropo oriental, y el performance “Benito el respondón” se ganaron el aplauso y el zapateo del público. ¡Felicidades a los colegas que cultivan el arte del cuerpo en movimiento!

Columna publicada el 01/05/2012 en el diario El Nuevo País

"La empresa perdona un momento de locura"


Todo aquél que se enfrente al status quo es, por defecto, considerado insano. Todos tenemos un lugar y en él debemos permanecer, y así hay que pensar.

Orlando Nuñez lleva treinta años de obrero en una metalúrgica. Orlando Nuñez nunca ha faltado a su trabajo y nunca ha llegado tarde. Orlando Nuñez es la envidia de su barrio, porque dentro de la miseria, en un poco menos miserable, tiene trabajo. Orlando Nuñez en una pieza más que hace funcionar al gran monstruo de brazos metálicos que con un  sonido intermitente y constante produce riqueza, pero no para él. Pero hoy, Orlando Nuñez es un paciente en el consultorio de la psicóloga de la empresa y tiene que dar explicaciones. Sobre esta premisa gira “La empresa perdona un momento de locura”, una de las más de cien obras del prolífico Rodolfo Santana (Premio Nacional de Teatro 1970) y que ve luz  bajo la tramoya del Teatro Nacional de la mano de  Salamandra Teatro bajo la dirección de Freddy Pereyra.

El movimiento teatral de nuestra provincia, muchas veces desapercibido, casi invisible,  para los escenarios y público capitalinos, se hace presente con la visita de esta agrupación tachirense quienes se han puesto la tarea de mostrar una de las piezas más representadas del dramaturgo nacido en Guarenas.

La obra es básicamente el diálogo y las acciones que se dan entre el obrero Orlando y la psicóloga de la compañía para la que trabaja, quién busca determinar el ataque de “histeria paranoide” que sufre el empleado luego de ver cómo una de las máquinas troqueladoras cercena la mano de un aprendiz. Ante el dantesco cuadro, el anciano obrero ataca las máquinas y estalla en improperios hacia la empresa, su presidente y su junta directiva. Esto, por supuesto, es tomado como un acto de locura, ironía ex-profeso, y requiere más atención que el accidente en sí.

Una silla y un escritorio son los únicos elementos en escena, el resto es responsabilidad de los actores, quienes a lo largo de la trama van, hurgando uno-la psicóloga-, y descubriéndose el otro-Orlando-,  hasta dejar asentado que cada quién forma parte de una estructura inamovible. Todo aquél que se enfrente al status quo es, por defecto, considerado insano. Todos tenemos un lugar y en él debemos permanecer, y así hay que pensar. Es la fórmula para el sojuzgamiento, para el dominio. El final de la pieza no deja lugar a equívocos.

El personaje de Orlando es ricamente interpretado por Pereyra, expresando en su desarrollo las distintas emociones que brotan de sus evocaciones del pasado y de la tragedia y confusión del presente. Conmueve y mantiene la conexión con la obra, se desplaza con tuétano por la escena, por el texto y el escenario. La psicóloga interpretada por Nilka Vélez,, muestra, en contraste, una superficialidad que más pertenece a la actriz que al personaje, echando mano de gestos, inflexiones y posturas preconcebidas sin una exploración profunda del mismo, sólo formas que dejan a un lado su dimensión humana, que independiente de su cuestionable papel en la trama, la tiene. La puesta en escena apuesta por la fortaleza del texto, un acierto, ya que éste ha demostrado su probada solvencia.

Columna publicada el 17/04/2012 en el diario El Nuevo País

Las Bejarano


En la convulsa Capitanía General de Venezuela los temblores de la independencia dejaban sentir sus réplicas, cada vez más fuertes, cada vez más seguido. Ya el 19 de abril y la célebre escena del balcón del Cabildo con Vicente Emparan y el Padre Madariaga de protagonistas había estallado. El 05 de julio, con el decreto final de independencia había dejado en firme sentencia nuestra separación de la corona española. Pero desde mucho antes, entre los gritos de libertad y vivas a la república que tronaban en plazas y calles, se colaba la voz de los vendedores ambulantes anunciando el postre del momento ¡La Bejarana, va la torta Bejarana! 

En la Caracas de entonces, esta torta era tan famosa que se decía que la ciudad estaba dividida entre los que la habían probado y los que no. Las reposteras: tres hermanas pardas, Mercedes, Eduviges y Belén Bejarano, quienes a la par de la lucha independentista, labraron su propia revolución, no sólo en el paladar criollo, sino en una sociedad signada por la fuerte división social.

El éxito de sus postres les había brindado una muy cómoda posición económica, hasta el punto de que pudieron “comprar” su condición de blancas al hacerse de una de las cédulas reales “Gracias al sacar”, que por mil quinientos pesos permitía a los pardos adquirir la condición, y por ende, los derechos de blancos. Las hermanas, lucían sin empachos, ante la sociedad que no paraba de cuchichear, su estatus, y hasta llegaron a llevar el “manto”, exclusivo de las mujeres de alta sociedad. Sus andanzas nutrieron nuestra historia y literatura llegando a ser inmortalizadas en géneros como la ópera “Las Bejarano” de Luis Morales Bance, o en el cuento de Antonio Arráiz “No son blancas las Bejarano”, texto del que se valió el director de Kabré Teatro, Wilfredo Tortoza, para su montaje “Las Bejarano, un sainete republicano con sabor a torta de plátano”, que celebra una nueva temporada esta vez en el Teatro Municipal.

La propuesta muestra a las tres hermanas, encarnadas por los actores -Eduardo Montero, Jean Manuel Pérez y Abilio Torres- en plena faena de elaboración de la afamada torta, y que  a la sazón del cotilleo relatan los sucesos del 05 de julio, brindando además, una referencia de la sociedad caraqueña de entonces. La recién nacida república aunque libre del yugo monárquico, aún arrastraba una larga cola de discriminaciones sociales.

Relatan las morenas, entre harina y melaza, sus esfuerzos para  elevarse legalmente a la “blancura”, la comezón encarnecida  de las mantuanas escandalizadas, la creciente oferta de pretendientes producto de su “gracia desbordante, del donaire, del gentil garbo del que hacían derroche las requete-monísimas morenas... La cintura, un anillo; la boca, un botón; el busto, la victoria de Pavía”. Con el humor como principal herramienta, en un tono altamente burlesco, el montaje desarrollado en una escenografía que recrea una cocina colonial,  expone un diálogo que viene y va, a medio camino entre receta culinaria y relato histórico con timbre de chisme, entre movimientos escénicos cruzados y una persistente frontalidad. ¡A probar la melcocha!

Columna publicada el 10-04-2012 en el diario El Nuevo País

Día Mundial del Teatro 2012


El pasado 27 de marzo se celebró una vez más el Día Mundial del Teatro, conmemoración que ya arriba a sus cincuenta años desde que fuese instaurada por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y del Instituto Internacional del Teatro (ITI) en el año 1962.

Como eje central de la celebración, el ITI le confiere a alguna personalidad vinculada al arte escénico la distinción de redactar y transmitir un mensaje dedicado al oficio más antiguo del mundo (que según afirmara el gran Lawrence Olivier, es la actuación, estimado lector,  y no el que usted está erróneamente acostumbrado a tomar como tal). Arthur Miller, Pablo Neruda, Judi Dench, Peter Brook, son algunos de los que han gozado tal privilegio. Este año la distinción de elaborar el mensaje recayó sobre el afamado actor, productor y director estadounidense de teatro, cine y televisión John Malkovich, y cómo es la tradición, se tradujo a más de veinte idiomas y se leyó en los teatros alrededor del mundo justo antes de la función de ese día.

En sus palabras  Malkovich se dirige principalmente a los intérpretes, a sus colegas, y los insta a atender el oficio haciendo hincapié en el carácter reflexivo del arte escénico. Así nos dice: “Que su trabajo sea convincente y original. Que sea profundo, conmovedor, reflexivo y único. Que nos ayude a reflejar la cuestión de lo que significa ser humano y que dicho reflejo sea guiado por el corazón, la sinceridad, el candor y la gracia. Que superen la adversidad, la censura, la pobreza y el nihilismo, algo a lo que, ciertamente, muchos de ustedes estarán obligados a afrontar. Que sean bendecidos con el talento y el rigor necesarios para enseñarles cómo late el corazón humano en toda su complejidad, así como con la humildad y curiosidad necesarias para hacer de ello la obra de su vida. Y que sea lo mejor de ustedes - ya que será lo mejor de ustedes, y aun así, se dará sólo en los momentos más singulares y breves - lo que consiga enmarcar esa que es la pregunta más básica de todas: "¿Cómo vivimos?" ¡Buena Suerte!".

Aplausos nunca sobran para tales consideraciones. La fecha debe servirnos a todos los que nos dedicamos a este oficio para una revisión tan necesaria como propicia. Autenticidad, talento no desligado del rigor, humildad, curiosidad, profundidad; virtudes que debieran signar al profesional de las tablas. Que el trabajo que hacemos no sea sino una posición sobre lo humano y frente a lo humano. Que nuestro teatro no se permita la futilidad, el hacer por hacer, el hacer mediocre e insustancial. Que desarrollemos fortaleza para no sucumbir ante la adversidad, entre ellas, el aislamiento o la censura, o la peor de todas, la autocensura. ¡Que seamos dignos de llamarnos teatreros!

Columna publicada el 03/04/2012 en el diario El Nuevo País

martes, 3 de abril de 2012

"Encuentro con Francis Rueda"

Francis Rueda (Caracas, 1949) es una de las actrices más representativas de nuestro teatro. Empezó su carrera siendo aún una adolescente, y hoy, con cuarenta y dos años dedicados por entero al escenario demuestra una admirable dedicación que se niega a ralentizar. Antes bien, cuando cualquier mortal podría sugerir que después de toda una vida ofrendada a la profesión, pueden llegar los aires del cansancio, los anhelos de una retirada tranquila y reconfortante, esta intérprete alza su voz y pone de manifiesto su incansable amor por las tablas y, como no podría ser de otra manera, lo hace sobre las tablas, con el espectáculo “Encuentro con Francis Rueda”, estrenado en el 2007 y que este fin de semana pasado, realizó una nueva temporada, esta vez en el Teatro Nacional.

 Es un unipersonal, pero en él toman vida ocho mujeres, ocho personajes del teatro universal que encontraron piel y alma en el talento de esta caraqueña, que con firmeza se apodera de un escenario casi vacío en elementos pero pletórico de sustancia interpretativa. La puesta en escena, creada por el recientemente desaparecido director Gilberto Pinto, quién fuera también compañero de vida de Francis por más de treinta años, apostó, sin equivocarse, a dejar sobre los hombros de la actriz el discurrir del espectáculo, sin mayor artilugio que el desdoblamiento personaje tras personaje. Así, van tomando cuerpo ocho féminas, habitantes de distintas épocas, nacidas de distintas dramaturgias, representantes de distintos mundos.

 Lucrecia, de la pieza homónima de Gilberto Pinto, la prostituta Greta Garbo de “Oficina N° 1” de Miguel Otero Silva, Laurencia de “Fuenteovejuna” de Lope de Vega;  Ramona de “El Rompimiento” de Rafael Guinand, “Medea” de Eurípides; Clitemnestra; Clov de “Final de partida” de Samuel Beckett; la Rompefuegos de “Lo que dejó la tempestad” de César Rengifo; elegidas de las más de cien interpretaciones de la actriz, son un mínimo, pero logrado inventario que durante casi una hora vivifica la escena.

 Un baúl, algunos pares de zapatos, una bata, una falda, un tocado, y otros precisos elementos usados a conciencia dan una probada de teatro puro, interpretativo; en un abanico que se desplaza por aires tan extensos como el sainete, el realismo, el siglo de oro español, el teatro del absurdo o la tragedia griega. 

La triple dimensión artística-pedagógica-personal de la propuesta se cierra con intervenciones de la actriz entre cuadro y cuadro, hablando de lo que es el oficio del histrión, dejando al descubierto las características de la profesión, sus altos, sus bajos, sus sacrificios, sus glorias. Al cierre, su firme manifiesto de “jamás abandonar las tablas mientras le queden fuerzas para cumplir con sus agotadoras exigencias”.  ¡Ejemplo a seguir, generaciones actuales!

Columna publicada el 27/03/2012 en el diario El Nuevo País

"Las Críadas"

En el año 1933, en la pequeña localidad de Le Mans, al noroeste de Francia, las hermanas Christine y Lea Papin cometían uno de los crímenes más desconcertantes en la historia penal gala. Ambas hermanas servían a la acaudalada  familia Lancelin, desde hacía unos siete años, y según las investigaciones el trato dado por sus patronos se enmarcó siempre en los “límites establecidos de la corrección”.  

El 02 de febrero, el señor Lancelin, al no obtener respuesta telefónica ni de su esposa, ni de su hija, se dirigió preocupado a casa. Ya había anochecido. Tanto la puerta principal, como la de servicio, estaban cerradas por dentro. El rastro de la única luz encendida escapaba por la rendija de la puerta del cuarto de las criadas. Cuando las autoridades forzaron la entrada encontraron los cadáveres, madre e hija, dantescamente mutilados, “en el suelo había huesos, dientes arrancados, un ojo, horquillas, botones, un llavero y un paquete desecho”, reza el informe policial. Las homicidas confesaron su crimen sin ninguna vacilación cuando fueron encontradas en su cuarto, acostadas, desnudas, abrazadas y con rastros de sangre seca. Durante el juicio, no se encontró ningún móvil excepcional. No se encontraron maltratos, anomalías, disputas, algo, tan siquiera algo, que hubiese dado motivo a las hermanas. Simplemente la explosión de una furia contenida. El suceso removió durante mucho tiempo la atención de psicólogos, abogados, poetas, cineastas y –como no-  dramaturgos.

Jean Genet, inspirado en el hecho, concibió en 1947 una de las piezas más reconocidas del teatro contemporáneo: Las Criadas, y para iniciar la celebración de su 40° aniversario el Taller Experimental de Teatro (TET) la trae a escena de la mano del director  Guillermo Díaz Yuma.

La propuesta no esconde su interés por la crítica a los estereotipos sociales y busca excavar en la múltiple dimensión humana que se desplaza entre polos. ¿Rebelión de los oprimidos? ¿Simple materialización de la envidia?  Sobre su pertinencia afirma el director: “Me es difícil no relacionar esta obra con el mundo y el país en que vivimos (...) Dos criadas en un continuo ensayo psicótico alimentado por la intolerancia a su condición.” Mónica Quintero, Jariana Armas y Lya Bonilla conforman el elenco que hasta el próximo 22 de abril dará vida a esta sórdida historia en el Teatro Luis Peraza, los viernes y sábados a las 7pm y domingos a las 06 pm. 

Columna publicada el  20/03/2012 en el diario El Nuevo País

"A Germán Mendieta"

Nuevamente el mundo teatral está de luto. Este domingo pasado a las 04 de la tarde en la ciudad de Punto Fijo nos abandonó, yéndose de gira a otros rumbos más propicios para el espíritu el enorme actor falconiano Germán Mendieta (1960 – 2012), inequívoco hombre de teatro como el que más, fundador del grupo Theja, y referencia inquebrantable del Grupo Rajatabla.  

Según él mismo refería, inició su deambular escénico a los once años, aunque no fue sino hasta finales de los setenta cuando entró formalmente en el aprendizaje y práctica teatral. En 1977, abandona sus médanos natales, se radica en Caracas y entra a la Escuela Superior Juana Sujo. Tiempo después pasaría a formar parte de Rajatabla bajo la dirección de  Carlos Giménez y allí emprendería un fructífero viaje que lo llevó a formar parte de los montajes más célebres de la agrupación. Indeleble quedará en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de disfrutarlo, su formidable trabajo en la versión rajatablina de “El Coronel no tiene quién le escriba”, pieza fundamental de la historia del grupo.

El profesionalismo y entereza que mostraba sobre las tablas, también lo asistió en la silla de director, llevando a término casi una decena de piezas con su propuesta estética a la cabeza, entre las que se recuerdan “El maleficio de la mariposa” de Federico García Lorca, “De melocotón a rojo alucinante” y “Pechos de niña” de Romano Rodríguez,  “El peligroso encanto de la ociosidad” de Gilberto Pinto, o “ El rey Mono” de José Domínguez. El último trabajo de dirección que tuvimos la oportunidad de verle fue en el 2010 cuando llevó a escena “El Marinero”, única pieza dramática que se le conoce al poeta portugués Fernando Pessoa. Difícil tarea la de escenificar un texto que pendula delgadamente entre ser poesía o drama. En su momento, le dedicamos las líneas de este espacio remarcando que la puesta en escena ideada por  Mendieta “rescata el carácter onírico del poema, recurre a imágenes que se cuelgan de la imaginación y busca mantener para el público el carácter teatral del poema”. 

Ganó seis premios municipales a Mejor Actor y Mejor Actor de Reparto, entre muchos otros reconocimientos nacionales e internacionales. Se destacó asimismo en el área docente llevando a feliz puerto varias generaciones de estudiantes del T.N.J. El cine (“Homicidio Culposo”, “Una vida y dos mandados”, “Zamora”, entre otras) y la televisión también contaron con su inagotable talento. La pegajosa frase “Este el plátano más bonito que he cosechado. Insensible” de un comercial de platanitos se hizo popular y forma parte hoy de la jerga diaria.  ¡Paz a su alma y aplausos eternos a su obra!

Columna publicada el 13/03/2012 en el diario El Nuevo País

Festival Internacional de Caracas 2012


Y la voz fue escuchada. El vacío anquilosado en el estómago de casi todos los teatreros parece retroceder y con fruición se inicia la cuenta regresiva para el arranque de un nuevo capítulo, luego de años de suspensión, del Festival Internacional de Teatro de Caracas, sin duda el evento más representativo del teatro venezolano en el plano internacional.

1972 fue el año de su fundación y su creador, como no, Carlos Giménez.  Durante más de tres décadas, hasta su abrupta parada en el 2006,  el FITC creció paulatinamente en convocatoria, envergadura, alcance y organización hasta convertirse en uno de los cinco festivales más importantes internacionalmente hablando. En el año 2002, por ejemplo, fue galardonado con el León de Plata de San Marcos, “máximo reconocimiento que se otorga a la interpretación internacional de la escena y el espectáculo en vivo del más alto nivel, a través de la Fundazione Internazionale di Venezia”.

A lo largo de sus ediciones logró traer a nuestros escenarios a las compañías y figuras teatrales más importantes del mundo. Berliner Ensemble (Alemania), La Carnicería y Els Joglars (España), Teatro da Vertigem (Brasil), Peter Brook (Inglaterra), Giorgio Strehler (Italia), Tadeus Kantor (Polonia) fueron algunos de los que vinieron a esta gran fiesta que a lo largo de tres décadas se estableció como una plataforma para masificar el arte escénico en nuestro país, cometido que  mostraba sus frutos cuando en cada edición las colas para comprar boletos eran largas, los llenos en las salas, totales; y las plazas y espacios públicos de representación como Los Próceres o el bulevar de Sabana Grande, lucían abarrotados. Actores, dramaturgos, coreógrafos, escenógrafos, técnicos, creadores, y un público incondicional convergían no sólo para los espectáculos, sino también para los talleres, clases magistrales, foros, seminarios, y demás actividades de intercambio; siendo así, un espacio invalorable para la consolidación de nuestros profesionales y el desarrollo de estéticas. Su pausa -no exenta de odiosas motivaciones políticas, entre otras- significó, pues,  un sismo que hoy parece detener el temblor con su relanzamiento, organizado por la Fundación Festival Internacional de Teatro, presidida por Carmen Ramia.

Esta edición del  FITC 2012 traerá diez compañías extranjeras venidas desde Alemania, Bolivia, Chile, España, Francia, México, Argentina y Ecuador; una selección de once agrupaciones venezolanas y rendirá homenaje al gran José Ignacio Cabrujas. El Teatro de Chacao, Teatro Trasnocho, Espacio Plural , Teatro César Rengifo de Petare, Cinex Tolón y la Asociación Cultural Humboldt, Plaza Bolívar de Chacao,  la Plaza Milenium, la Plaza Alfredo Sadel, y Los Teques, son las salas y espacios alternativos en los que se podrán disfrutar unas sesenta funciones del 29 de marzo al 08 de abril. Por acá estaremos haciéndoles seguimiento. Lo que era una enorme deuda para el mundo teatral venezolano se vislumbra ahora como una nueva etapa, que esperamos permanezca en el tiempo. ¡No más pausas! 

Columna publicada el 03/03/2012 en el diario El Nuevo País

"El Baile de La Hamaca", Carnaval 2012

El Carnaval es una manifestación profundamente teatral. Durante estas festividades, cuyo origen está emparentado a fiestas paganas, entre las que se incluye, según algunos, las festividades en honor al dios Baco,(de dónde se originó también el Teatro) se juega a ser algo que no se es, es una fiesta de inversión en el que los participantes se visten de otro, y temporalmente asumen ser otro, ocultando tras el disfraz y la máscara un yo real. Es decir, todos somos actores. En una delgada línea que une lo profano y lo religioso, el carnaval ha derivado en distintas manifestaciones alrededor del mundo.

Hay en nuestro país variadas tradiciones dentro de la celebración del Carnaval que reflejan en sus ritos una rica teatralidad. Una de estas es el Baile de La Hamaca, expresión popular propia de Puerto Cabello, partiendo de su lugar de asentamiento: el Barrio de San Millán. La costumbre es traída por los comerciantes holandeses y curazoleños, y representa hoy, con ciento cuarenta años de tradición, una valiosa mezcla entre cultura afroamericana, ritos indígenas y manifestaciones europeas. El Baile evoca antiguas costumbres para el traslado de enfermos y entierro de los muertos, y es principalmente, la dramatización de los celos de un hombre que descubre la infidelidad de su mujer, precisamente con el difunto que ahora llevan a “enterrar.”

De una vara larga cuelga la hamaca, un envoltorio de retazos y paja cubierto por una sábana blanca adornada con flores. El lunes de Carnaval se inician los preparativos para el Velorio, que se hará en la noche. Se reza, se toma café y licor y - como no podría faltar en un velorio criollo- se cuentan chistes. Al llegar la medianoche se tocan los tambores, inicia la parranda y las mujeres lloran. El martes hacia el mediodía irrumpe en el velorio una voz que grita: ¡Ya se murió! y todos responden ¡Hay que enterrarla!, y es entonces cuando la hamaca deja el Barrio de San Millán y el cortejo fúnebre recorre las calles de Puerto Cabello bailando y cantando. En un punto, un hombre tumba la hamaca de un garrotazo gritando: ¡Vita Hombrus! ¡Macho yo!; las mujeres entran en crisis y lloran al difunto, la reacción desata los celos y los hombres se enfrentan en una lucha a palos que culmina cuando las mujeres interceden y los invitan a bailar. Los hamaqueros lucen ropas de vivos colores, rostros pintados de negro y cintas en la frente. Las mujeres muy bien adornadas con vestidos floreados y algunas con sombreros. ¡Toda una rica puesta en escena!

Columna publicada el 28/02/2012 en el diario El Nuevo País

"Tres noches para cinco perros"

En abril de 2010 sucede, para desgracia del planeta, el que es considerado el desastre ecológico más grave de este nuevo siglo: la explosión y  hundimiento de la plataforma petrolera Deepwater Horizon ocurrida en el Golfo de México. Unos once trabajadores fallecidos, otras tantas decenas de heridos, el vertido de millones de toneladas de petróleo en el lecho marino con la consecuente muerte de incontables especies de flora y fauna, y la contaminación de casi mil kilómetros cuadrados de litoral son números que dan cuenta de la magnitud de la catástrofe. Sin embargo, detrás de los números, que son claros y directos, se opaca una dimensión que toca aspectos, que ante un suceso como este, invitan a escarbar en las asperezas del hombre como especie depredadora, y al mismo tiempo su impulso solidario en los momentos trágicos. Y es en esta doble dimensión que hurga el dramaturgo Gustavo Ott con su más reciente entrega: “Tres noches para cinco perros”, pieza estrenada el pasado 10 de febrero en el Teatro San Martín bajo la dirección general de Luis Domingo González.

 Tres trabajadores, un ejecutivo de la trasnacional dueña de la plataforma y el espectro de un obrero muerto –acaso una premonición- por inhalación de gas antes de la explosión, son los personajes sobre los que se hila esta historia que pone de manifiesto temas como la avaricia, la locura corporativa, y el compañerismo en la tragedia. Plantea la obra una frontal crítica a las actividades de explotación indiscriminada y recurre a lo largo de sus líneas a llamados ecológicos, fiel al estilo que el autor ha ido decantando en sus trabajos en los que el texto teatral se resiste, por más que se nutra de lo real, a despojarse de la poesía.

De entrada, capta y mantiene la atención la bien lograda escenografía de Rubén León, que recrea la plataforma en tres niveles de altura, apoderándose de todo el espacio útil del escenario y transmitiendo su carácter monumental. La puesta en escena de González abarca los espacios y juega con la verticalidad. Plantea un doble plano de imagen en el que lo real y lo poético conviven y señalan. Además de la dirección, asume el personaje de Wyatt, el obrero muerto, y en este cometido logra convicción y sustancia. Destaca también actoralmente William Escalante (Doug, ejecutivo de la petrolera) quién perfila y transmite la esencia de lobo en piel de oveja que define a su personaje. Ludwig Pineda como el jefe mecánico, muestra una vez más su experiencia escénica y técnica, correcta sí, pero impuesta sobre lo vivaz, lo telúrico. David Villegas como Ismael, no parece variar con respecto a sus interpretaciones en obras anteriores; y José Gregorio Martínez (Joe), cumple con los movimientos y voces, sin asomar la piel de un personaje diferenciado. En profundo, ¡una propuesta que está lejos de hundirse!

Columna publicada el 21/02/2012 en el diario El Nuevo País

jueves, 2 de febrero de 2012

"Fecunda Zona"


“Silva a la agricultura de la zona tórrida” (1826) es probablemente el escrito más celebrado de Andrés Bello, figura imprescindible en la historia de las letras hispanoaméricanas. Este poema, que formaría parte de una gran obra nunca concluida que titulada “América” condensaría un extenso homenaje del autor al continente que lo vio nacer, impregnado de sus vivencias y lecturas;  tomaría para sí el arrojo de cantarle a la fertilidad del trópico, a elogiar la vida del campo en estas tierras americanas.

Fiel a su firme raigambre de estilo clásico -que luego de su estadía en Londres se deslizaría hacia el Romanticismo- Bello impregna su poema de un contenido didáctico, propio de Virgilio y Horacio, sus principales referencias, y se pasea por la tierra, la semilla, la lluvia, para hacer buena y deleitante la descripción del ambiente en el Nuevo Mundo.

Ese Bello que pisa fuerte con su métrica, que ensalza al hombre agreste, esas líneas  de las que brotan versos tan fértiles como la tierra que los inspira es el pretexto para que la música, el teatro y la danza se  fundan en “Fecunda Zona”, espectáculo de la Compañía Nacional de Teatro que dirigido por el coreógrafo Rafael Nieves, y luego de su estreno en 2011, volvió este pasado fin de semana para tres funciones, esta vez al suelo del Teatro Nacional, como un homenaje, como un acercamiento a la poética del más grande de nuestros literatos.

La puesta en escena planteada por Nieves propone traducir al lenguaje de la danza y el  movimiento, el espíritu del poema “Silva a la agricultura de la zona tórrida”  mostrando en cuerpo y arte, a ser descrifrado por el espectador, los temas que a lo largo de siete partes florecen en este canto natural que intercala en su descripción de la naturaleza episodios históricos de la gesta independentista.

La voz de Bello se deja escuchar en la declamación de William Escalante, actor que libro en mano va regando los heptasílabos y endecasílabos en un escenario vacío que al fondo, en una sobretarima, presenta un cuarteto de músicos. Las notas de distintos géneros musicales venezolanos dan pie a la aparición y desaparición de los bailarines  Hilse León, Isabel Story, Saim-ra Rada, Luis Villasmil y el propio Nieves. Así, se  sucedían cuadros de declamación, música y danza, ya predecibles avanzado el espectáculo. 

Para resaltar, el momento recio de los caballos (resueltos con muñecos a lo “Burriquita”) y más adelante el flirteo de los llaneros y las mozas escoba en mano. Ambos momentos de gran pujanza y belleza.   

Se promete que la programación en el Teatro Nacional será permanente.  ¡Hacemos votos, hacemos votos!

Columna publicada el  31/01/2012  en el diario "El Nuevo País"