lunes, 28 de junio de 2010

"Profundo"

Al principio era la sonrisa. Haciendo el recuento necesario de lo que rondaba por las salas de teatro el pasado fin de semana para darle forma a estas líneas, me topé con un nombre imposible de pasar por alto: José Ignacio Cabrujas. Sin duda, una de las voces más lúcidas que ha dado nuestra contemporaneidad. Dramaturgo, escritor, analista como pocos de lo que somos, de lo queremos ser y de lo que no podremos llegar a ser en esta “equivocación de la historia” que es nuestro gentilicio. Revisando las ofertas se me atravesó su nombre, y casi hipnóticamente la escogencia era clara para mí:“Profundo”, en la UNEARTE, dirigida por “Pancho Salazar” y además como montaje profesional del próximo grupo de graduandos. Confieso cierta fruición por ver este montaje, creo que no exagero si afirmo que para cualquier hombre o mujer de teatro la mención de Cabrujas impone una feliz admiración, además hace mucho que no veía las letras cabrujianas trasmutadas en escena viva .

Luego fue la estupefacción. La obra se estrenó el jueves 17, yo iría a verla el viernes 18. Iría, fui, pero no la vi. Así, ¡suáz! de un solo “güamazo” resultó suspendida por las autoridades universitarias sin una mayor explicación que la aparente “falta de calidad” de la propuesta.

La sorpresa dio paso a la indignación de la comunidad uneartista. Ayer lunes podía verse en la fachada del edificio pancartas, manifiestos, cartas abiertas y performances teatrales que dejaban ver la inconformidad de los estudiantes con la medida. Algunos pedían la renuncia de la rectora a quién acusaban de irrespetuosa y de dispensar un trato despectivo hacia los reclamos.

No puedo decir nada respecto a si la evaluación de las autoridades sobre la calidad del montaje justificaba su salida intempestiva de la programación, puesto que no pude verla. Ahora, no hay que ser un “americano ilustrado” para preguntarse ¿por qué esperar el estreno de la pieza para darse cuenta de que no alcanzaba los estándares deseados? Por experiencia propia puedo decir que los montajes profesionales de la UNEARTE son (y deben serlo) revisados durante su proceso y de esas revisiones salen ajustes y recomendaciones. Pero este montaje llegó a estrenarse,es decir, se le permitió llegar a su confrontación con el público, por lo que puede resultar poco coherente llegar hasta ese punto para darte cuenta de que como que no...

También conFIÉSOLEs que siento que esto pudiera ser un pitido de alarma: el elenco, los productores, los diseñadores de este montaje van a egresar como Licenciados en Teatro, y sin embargo, la misma casa de estudios que los formó considera que no tienen el nivel para mostrar su trabajo, entonces ¿está la UNEARTES plenamente consciente de su proceso de formación? Porque son sus propios conejos los que ahora parecen habérseles quemado.

Diversas son las opiniones que se tejen alrededor de este “acto cultural”, muchas las consideraciones que se hacen por lo pasillos, algunas con más saña que otras, sin embargo, ajenos a eso esperemos que éste incidente sirva por lo menos como punto de inflexión para el espabilamiento.
“Hemos dado con la cloaca”, dice Cabrujas en boca de uno de sus personajes de “Profundo”.
Columna publicada el 21/06/2010 en el diario "El Nuevo País"

No hay comentarios:

Publicar un comentario