martes, 31 de mayo de 2011

"Yocasta"

Tábula Rasa

La especie humana es la única que se mata entre sí sin que medien razones de supervivencia. En el reino animal, las luchas cruentas entre los individuos se originan en la fatal dicotomía de matar o morir; los animales se matan unos a otros para alimentar su cuerpo, el hombre, extraño ente, suele matar para alimentar su ego. El arrebato de la vida se ha vuelto un espectáculo cotidiano, morboso, masivo, entretenido a veces. La muerte a manos del semejante ha dejado de ser un escándalo, hoy es un plato diario.

Matar es una necesidad tan clara e imperiosa como venir a la vida”, es la afirmación que el dramaturgo venezolano León Febres Cordero desarrolla en su obra “Yocasta”, pieza que desde el pasado 18 de marzo y hasta el próximo 10 de abril estará en el escenario del Teatro Luis Peraza, a cargo del Taller Experimental de Teatro (TET).

Yocasta es un personaje fundamental en la mitología griega. Fue reina de Tebas y fungió como personaje esencial en la tragedia “Edipo Rey” de Sófocles. Un oráculo predijo que Edipo (hijo de Yocasta) terminaría asesinando a su padre y casándose con su madre. Para impedir el cumplimiento de la funesta profecía, el rey Layo mandó a asesinar al recién nacido, pero Yocasta no cumplió la orden de su marido y secretamente entrego el niño para que otros lo criaran. Edipo fue acogido por el rey de Corinto, quién lo tuvo como suyo propio. Al ser un adulto, en un enfrentamiento de camino, Edipo mató a su padre. Más tarde, luego de librar a la ciudad de Tebas de la amenaza de la Esfinge -demonio de terror y mala suerte- Yocasta se casó con el salvador, sin saber ninguno de los dos el lazo materno que los unía. Del incesto, nacieron Polínises y Etéocles, quienes se despedazaron el uno al otro en su lucha por hacerse con el reino de Tebas.

Febres Cordero parte de esta lucha entre los hermanos para introducirnos en un tema que se sabe sin solución: el hombre mata y seguirá matándose. El hombre lleva la muerte en el cuerpo desde el mismísimo instante en que nace. Desde los griegos hasta acá la verdad sigue siendo la misma.

La obra, escrita en febrero de 2004 se estrena por primera vez en Venezuela de la mano del TET con las interpretaciones de Areani Rondón, Oswaldo Maccio y Alí Rondón, todos bajo la dirección general de Santiago Sánchez Espinoza.

Columna publicada el 05/04/2011 en el diario "El Nuevo País"


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