El
pasado domingo 29 se celebró el Día Internacional de la
Danza, instaurado en 1982 por la UNESCO en conmemoración del natalicio del coreógrafo
francés Jean Georges Noverre, nacido el 29 de abril
de 1727,
quién fue el más grande coreógrafo de su época, y a quien se le considera el creador del ballet
moderno o neoclásico. En pleno auge de la Ópera de París en el siglo XVIII,
Noverre desafió las formas establecidas en el ballet caracterizadas por el
hieratismo. En contraposición abogó por
la naturalidad del intérprete, por una danza más viva y expresiva que técnica y
virtuosa. Para el también bailarín y profesor de ballet, el arte dancístico
debía tener una progresión dramática, al estilo del teatro, por lo tanto tendría
que tener la secuencia “exposición – nudo - desenlace”, es decir, una
narración secuencial. Hablaba Noverre, contemporáneo con el gran actor inglés David
Garrick, que el espectador al presenciar el espectáculo de danza tendría que
ser conmovido tal y como lograba hacerlo el afamado actor trágico a través de
su gestualidad y la expresividad de sus formas. Y más aún, Noverre planteaba
que el bailarín debía ser una persona culta, instruida en poesía, pintura,
música e incluso anatomía, al fin y al cabo, el bailarín trabaja con su propio
cuerpo. Con Noverre se inicia el llamado ballet romàntico
Alrededor del mundo, agrupaciones
oficiales e independientes celebran el Día Internacional de la Danza ofreciendo
espectáculos dancísticos y realizando
actividades abiertas como clases, conferencias, talleres. En nuestro país se programaron
una serie de espectáculos conmemorativos. En la Casa del Artista, por ejemplo, la
Fundación Compañía Nacional de Danza llevó a escena, con entrada libre, piezas
de su repertorio contemporáneo y tradicional, y compartió tablas con
agrupaciones independientes como Tránsito Danza
Integrativa, colectivo conformado por bailarines con discapacidad motora; y Fundación Cultural Contraseña dedicada a la
creación e investigación sobre las danzas tradicionales venezolanas.
“Sin Título” de Claudia Molinet, “ Cara o
Cruz” de Jorge Abril, ambos coreógrafos cubanos; “Fragmento de Zona Desconocida” de la
venezolana Luz Urdaneta y “Esta Vez” del
también criollo Gustavo Gámez, además de “Hilando Fino” por el lado
contemporáneo, y manifestaciones
populares como La Hamaca del edo. Carabobo, La Jinka del edo. Guárico, el Joropo central y el Joropo oriental, y el performance “Benito el
respondón” se ganaron el aplauso y el zapateo del público. ¡Felicidades
a los colegas que cultivan el arte del cuerpo en movimiento!
Columna publicada el 01/05/2012 en el diario El Nuevo País
No hay comentarios:
Publicar un comentario