Nuevamente el mundo teatral está de luto. Este domingo pasado a las 04 de la tarde en la ciudad de Punto Fijo nos abandonó, yéndose de gira a otros rumbos más propicios para el espíritu el enorme actor falconiano Germán Mendieta (1960 – 2012), inequívoco hombre de teatro como el que más, fundador del grupo Theja, y referencia inquebrantable del Grupo Rajatabla.
Según él mismo refería, inició su deambular escénico a los once años, aunque no fue sino hasta finales de los setenta cuando entró formalmente en el aprendizaje y práctica teatral. En 1977, abandona sus médanos natales, se radica en Caracas y entra a la Escuela Superior Juana Sujo. Tiempo después pasaría a formar parte de Rajatabla bajo la dirección de Carlos Giménez y allí emprendería un fructífero viaje que lo llevó a formar parte de los montajes más célebres de la agrupación. Indeleble quedará en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de disfrutarlo, su formidable trabajo en la versión rajatablina de “El Coronel no tiene quién le escriba”, pieza fundamental de la historia del grupo.
El profesionalismo y entereza que mostraba sobre las tablas, también lo asistió en la silla de director, llevando a término casi una decena de piezas con su propuesta estética a la cabeza, entre las que se recuerdan “El maleficio de la mariposa” de Federico García Lorca, “De melocotón a rojo alucinante” y “Pechos de niña” de Romano Rodríguez, “El peligroso encanto de la ociosidad” de Gilberto Pinto, o “ El rey Mono” de José Domínguez. El último trabajo de dirección que tuvimos la oportunidad de verle fue en el 2010 cuando llevó a escena “El Marinero”, única pieza dramática que se le conoce al poeta portugués Fernando Pessoa. Difícil tarea la de escenificar un texto que pendula delgadamente entre ser poesía o drama. En su momento, le dedicamos las líneas de este espacio remarcando que la puesta en escena ideada por Mendieta “rescata el carácter onírico del poema, recurre a imágenes que se cuelgan de la imaginación y busca mantener para el público el carácter teatral del poema”.
Ganó seis premios municipales a Mejor Actor y Mejor Actor de Reparto, entre muchos otros reconocimientos nacionales e internacionales. Se destacó asimismo en el área docente llevando a feliz puerto varias generaciones de estudiantes del T.N.J. El cine (“Homicidio Culposo”, “Una vida y dos mandados”, “Zamora”, entre otras) y la televisión también contaron con su inagotable talento. La pegajosa frase “Este el plátano más bonito que he cosechado. Insensible” de un comercial de platanitos se hizo popular y forma parte hoy de la jerga diaria. ¡Paz a su alma y aplausos eternos a su obra!
Columna publicada el 13/03/2012 en el diario El Nuevo País
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