Eugenia emprende un viaje liberador en tren. Eugenia se queda dormida y se despierta en una estación desconocida, en un país extraño. En un lugar que pudiera ser cualquiera, tan lejano y a la vez tan próximo, Eugenia inicia un nuevo viaje, esta vez tenebroso y angustiante. Bajo sospecha de espionaje es encarcelada y un absurdo del tamaño de su miedo le depara un destino tan oscuro como su imposibilidad de hacerse entender. Entre ella y los soldados se interpone la barrera del idioma. Esta es la historia de “Passport”, original de Gustavo Ott; una de las piezas venezolanas más representadas a nivel mundial. Su estreno fue por allá a principios de los 90 en la Sala Cuarta Pared en Madrid, y desde entonces el drama de Eugenia ha sido presenciado por públicos tan disímiles como los de Colombia, Aruba, Irlanda, Estados Unidos, Japón, Argentina, Chile, España, República Checa (donde se hizo acreedora del Premio Festival de Praga, Mejor Espectáculo 2005), Eslovaquia, Alemania, México, y pare usted de contar.
Acaso es una feliz ironía el que esta pieza que se pasea por temas como la xenofobia, la desesperanza y la incapacidad de comunicarse, o lo que es peor, nuestra negativa a hacerlo; haya reventado más allá de tantas fronteras para poner en claro lo universal de su planteamiento.
Luego de cinco años girando, la obra vuelve a su casa en el Teatro San Martin por 12 únicas funciones en las que se podrá apreciar una puesta en escena, bajo la dirección general de Luis Domingo González, sostenida en el efectivo y contundente trabajo actoral de María Brito (que le valió el Premio a Mejor Actriz en el Festival de Yakumo, Japón 2007); la siempre correcta interpretación de Verónica Arellano y la potente actuación del mismo Luis Domingo; y musicalizada además por versiones de tonadas del Maestro Simón Díaz que suman un angustiante pero a la vez reconfortante sabor a nostalgia.
Luego de esta temporada “Passport” (viajera incorregible, al fin) partirá hacia el Festival Mondial-Salle Garnier du Montecarlo, en el Principado de Mónaco, para seguir destilando su drama de tintes kafkianos y su humor mordaz. Las funciones son hasta el 07 de junio, los viernes y sábados a las 08:00 p.m. y los domingos a las 06:00 p.m. Una oportunidad para considerar “¿cómo se comunica un país que no quiere entenderse?”.
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