Antón Chéjov nace en el seno de una familia sencilla en la Rusia de finales del siglo XIX. La quiebra del modesto negocio de su padre le lleva a escribir breves relatos humorísticos como medio de subsistencia. Logra graduarse de médico en la Universidad Estatal de Moscú, aunque su éxito como escritor y su debilitamiento debido a una tuberculosis contraída conspiraron para que dejara de ejercer la medicina. A la larga desarrollaría una obra y una técnica literaria que le ganarían el reconocimiento mundial como uno de los padres del naturalismo moderno. En 1886 se asocia a Konstantin Stanislavky, director y productor del Teatro de Arte de Moscú, y juntos llevaron a escenas títulos que se han convertido en clásicos del teatro universal. “El jardin de los cerezos”, última pieza escrita por Chéjov antes de sucumbir ante la enfermedad es uno de esos hitos.
La historia de una familia adinerada que pierde su fortuna al tiempo que sus siervos se vuelven prósperos es el marco inicial para una pieza que busca retratar los cambios sociales que se fermentaban en la Rusia de principios del siglo XX. Una inversión de roles antipática para una sociedad incapaz de asimilar los convulsionados cambios que se le imponen. Y una adaptación en la que sobresalen el erotismo, la lucha por el poder, la ambición por el dinero y la búsqueda del triunfo es la que la gente de Imaginarios de Venezuela, bajo la dirección general de Juan Souky, trae a la sala 1 del Celarg hasta el próximo 27 de septiembre; luego de su estreno en el teatro Classic Stage Company de Nueva York.
La vigencia del texto original permite su traslado a una actualidad que nos toca certeramente. Personajes cotidianos y fácilmente reconocibles dan fe, como consecuentemente ocurre en el universo de Chéjov, del fracaso de un entorno reaccionario que se resiste al cambio de papeles. Adolfo Cubas y Marialejandra Martin encabezan un elenco que cuenta además con las actuaciones de Virginia Lancaster, Gabriel Blanco, Adriana Romero, Nathalia Paolini, Giovanny García, Reinaldo Rivas y Víctor Romero. Las verjas para que visite este jardín, símbolo de lo irrecuperable, se abren los viernes a las 09:30 pm y domingos a las 08:00 pm.
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