Punzantes y vigentes reflexiones saltan exprofeso: “¿Realmente las mayorías siempre tienen la razón?”.
“Democracia, poder y dignidad”. Con estas tres palabras el Grupo Teatral Emergente de Caracas, bajo la dirección de Jesús Delgado, define el leivmotiv para su propuesta del clásico universal “Un Enemigo del Pueblo” del noruego Henrik Ibsen, cuyo estreno se llevó a cabo el pasado viernes 24 en la Sala Cabrujas de Los Palos Grandes.
La obra, escrita en 1882, es uno de los puntales del drama realista moderno y en ella el autor expone los vicios de una sociedad moralmente débil, poco ética, y sometida a un poder manipulador y mentiroso. El reconocido y apreciado Dr. Stockman ha descubierto que las aguas del balneario, principal fuente de ingresos de su ciudad natal, están contaminadas. Ingenuamente, e idealista como es, decide publicar su hallazgo con el apoyo de la mayoría. Pero, ante la posibilidad arriesgar ese sustento económico, termina no sólo abandonado, sino que la entera sociedad, inicialmente a su favor, se vuelve ferozmente en su contra. Cuando decide decir lo que nadie quiere oír, se convierte en un encarnizado enemigo. Su propio hermano, el Alcalde, lidera el linchamiento social movido por sus intereses políticos y la manipulación de las masas.
La propuesta de Delgado es clara estética y discursivamente. Juega con la presencia constante de la cloaca como entorno vital, las aguas negras como sustento. En esta ciudad, sus habitantes roen, deambulan en la oscuridad, se acomodan en la inmundicia, la venden y sacan provecho. El vestuario (Joaquín Nandez) refleja la putrefacción de los personajes: telas duras, corroídas, manchadas; y en juego con la escenografía de Elvis Chaveinte y Christian Ponte quienes idearon los elementos escenográficos a partir de tuberías de agua; imbuyen el concepto de una enorme alcantarilla, y sus habitantes, seres subterráneos, ratas… Punzantes y vigentes reflexiones saltan exprofeso: “¿Realmente las mayorías siempre tienen la razón?”.
Antonio Delli, protagoniza con una denodada interpretación del Dr. Stockman, comprendido en su dimensión personal y simbólica. Wilfredo Cisneros (Alcalde), Jesús Hernández (Hovstad), Jorge Dakar (Aslaksen), Carlos Clemares (Morten Kull y Claudia Nieto (Sra. Stockman) resuelven acertadamente sus roles y engranan un elenco equilibrado y seguro. Lidsay Castro (Petra, hija de Stockman) requiere aportar más voz y médula a su trabajo.
En definitiva, una aguda propuesta con el meritorio don de atreverse, cuestionar, y obligar a reflexionar ¡así no se quiera!
Columna publicada el 27/05/2013
en el diario El Nuevo País