Trin es un personaje de características angelicales que es enviado a
la tierra a cumplir una misión. Su aterrizaje
en el edificio de una ciudad que puede ser cualquiera, lo lleva al
encuentro con unos residentes que viven obnubilados por el embrujo de esa
cajita pasmosa, tan ambivalente, que el novelista Eduardo Liendo presentara
como el “mago de la cara de vidrio”. Sucumben por voluntad propia a esa prisión
con barrotes en tecnicolor, aislados unos de otros, inmersos en un mundo creado
para ilusionar, encerrados en 14, 19 o 21 pulgadas. Trin, busca cambiar con
creatividad el aislamiento y en el interín, los personajes televisivos saltan a
la vida, a encontrarse en carne y hueso con sus televidentes. Esta pieza “Sintonía o hay un extraño en casa”
(1991), una comedia musical para niños original de Elio Palencia, que viene a
plantear la problemática de la incomunicación y la influencia negativa de la
televisión, los video juegos y el uso irracional de la tecnología, es la nueva
propuesta de Mango Producciones, emergente agrupación que busca abrirse paso en
el competido plano teatral venezolano.
Bajo la dirección de Jennifer Flores,
apuestan en esta oportunidad por el teatro infantil, con una puesta en escena
que lleva en su planteamiento todos los aditamentos requeridos para una
producción dirigida a los chicos: buen humor, música pegajosa, coreografías
sencillas, un “vilano” jocoso, vestuario colorido y una escenografía bien atendida.
Pedro Miguel Alcocer, Frank Silva, Amanda Key,
Juan Carlos Lira, Richard González, Alejandra Mancilla, Iliana Hernández,
Jackson Martínez, Carlos Bello e Hiram Aguilera, conforman el elenco que da vida
a unos personajes alejados del estereotipo interpretativo en el teatro infantil
muy dado a la gomaespuma y la ampulosidad. Las formas están, queda ahora de
parte de los comediantes explotar a fondo el disfrute en la interpretación.
Aunque la pieza fue escrita hace más de veinte años, se reinventa y se hace
cercana, y sobretodo dando por buena la capacidad del público infantil de
entender un mensaje claro cuando es transmitido sin encubrimientos. La dirección luce sólida, ajustada al
propósito de comunicar y entretener. Se agradece además el cuidado en todos los
detalles estéticos, tanto el vestuario como la escenografía y demás elementos
lucen impecables en acabado y diseño, lo que da cuenta del esfuerzo de la
producción, a veces tan dejada de lado. Teatro para niños concebida con la
seriedad de una pieza para adultos.
Luego de una breve temporada en el Teatro
Nacional que culminará el próximo fin de semana (funciones a las 03:00 pm) irán
al recién reformado Teatro Catia. ¡Por acá seguiremos en sintonía con lo que
pase en las tablas!
Columna publicada el 29/05/2012 en el diario El Nuevo País